Decía Kant que la mano es “el cerebro exterior del hombre”. Tanto por su representación en la corteza cerebral, como por su capacidad para exteriorizar un caudal de pensamientos y sentimientos, la mano es el mejor instrumento del cerebro.
La experiencia de centenares de voluntarios que sirven en hospitales y cárceles, en guarderías y geriátricos demuestra, más allá de toda duda, el enorme potencial terapéutico que se puede desplegar a través de nuestras manos.
Los mudras expresan un gesto o posición corporal. Incluyen posturas correlativas de los brazos, las manos, los dedos y los miembros inferiores.
Los diferentes mudras son una expresión plástica de nuestros estados emocionales, y su práctica puede inducir o reforzar estos estados. Esto lo podemos reconocer fácilmente cuando experimentamos un sentimiento de ira que nos lleva a cerrar los puños, apretar las mandíbulas y tensionar todo nuestro cuerpo.
La experiencia constata que la aplicación de los mudras para armonizar la energía del cuerpo, acompañada de un sentimiento y o un pensamiento, tienen un efecto terapéutico mucho mayor.
De ambos temas, nos hablará Dora Consuelo Rozo. Nos compartirá sus conocimientos, experiencia y tips prácticos, para que podamos aplicar de forma sencilla la capacidad terapéutica de nuestras manos y los mudras.
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