Navidad es encuentro, reunión… Como la vida.
Navidad somos tu y yo, nosotros, todos, cuando vivimos con presencia.
Vivir con presencia… ese ir permitiendo a la consciencia, abrir nuevas puertas y mostrar mejores caminos. Esa magia de la luz que otorga significados nuevos a lo que creíamos conocido.
Vivir con sentido… ese darse tiempo de salir de los automatismos, formularse preguntas y aguardar respuestas que desanudan destinos.
Podríamos preguntarnos ¿Cuando soy Navidad?
¿Cuando soy encuentro? ¿Cuando soy regalo?
Navidad es encuentro, entre la humildad del pesebre y la grandeza del Hijo de Dios, quizás porque la grandeza es siempre humilde. Cuando somos humildes caen las barreras, los puentes bajan, las orillas… dejan de ser opuestas.
Navidad es encuentro, entre los pastores y el Salvador, posiblemente porque al Salvador le ve, quien se mantiene cerca de la naturaleza, quien la ama y cuida la vida, quien aprecia lo sencillo. Cerca de la naturaleza, conectados a la esencia, miramos sin velos… Caminamos sin cadenas.
Cuando elegimos ser encuentro, perdonamos, abrazamos, caminamos más de medio camino hasta la puerta de nuestro amigo. Cuando somos encuentro, le decimos al reloj que nos guarde tiempo para mirar a los ojos a los seres queridos y él, nos lo concede a manos llenas.
Cuando amamos lo sencillo, la alegría nos encuentra comprando el pan, paseando al perro, subiendo el volumen a una canción buena, mientras pisamos el acelerador en la carretera… Y somos Navidad.
Navidad quizás sea llevarle a Él dentro,
para que Su luz encienda de encuentro,
todos los momentos.
Isabella Di Carlo